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Cuando era más pequeño, pensaba que ser alcohólico era llegar un día borracho a casa, por haber bebido más de la cuenta. El día a día, escuchando publicidad en la televisión, hablando con mi familia, charlas en el colegio..., he podido comprender que ser alcohólico es mucho más que aquello que un día pensé; evitar los problemas de trabajo, de familia, de dinero, amistad, tomando una y otra copa, día tras día para intentar olvidarse de los problemas.

Una vez he comprendido el qué y porqué del alcoholismo, me doy cuenta que esas personas se convierten en desgraciadas, pierden felicidad, y el poco dinero que les esté sobrando o el mucho de aquellos que lo tienen; pero el mundo del que huyen, no lo solucionan, están cada vez más solos.

¿Cuándo? y ¿Dónde?, serían las palabras para solucionar el problema; cualquier momento sería bueno para salir de esa droga, nunca se debe decir: "Es tarde para ello", siempre se puede cuando se quiere o por lo menos cuando se intenta (eso es lo que dice mi madre), seguro que es difícil, pienso yo, pero si se tiene apoyo de la gente que te rodea, tarde mucho o poco merece luchar por vivir la vida y no cargársela.

Esa familia que abandonó por el alcohol, es la primera que ayudará y por la que debe luchar

Las asociaciones como ALREX (Alcohólicos Rehabilitados Extremeños) ayudan a realizar charlas de grupo, con alcohólicos, que les ayudan a entender el problema de cada uno e intentar salir de él, y te enseñan que en la vida hay muchas cosas por las que vivir luchando el día a día.

El alcohol no construye un mundo mejor, sino, que lo destruye. La vida no es para olvidarla bebiendo, sino para vivirla. No es más el que bebe. Estas frases me ayudan a comprender que el alcoholismo es insignificante en relación a lo grande que es la vida.